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Carlos De La O
10 min readJul 17, 2018

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Para una banda de 30 años de carrera, Fobia apenas cuenta entre su catálogo 6 discos de estudio, 2 en vivo y 4 lados b grabados para distintos recopilatorios. Gran parte de dicho material se agrupa en una caja compilatoria la cual contiene los discos de estudio y un sencillo, todo impresos en vinilo acompañados de un envidiable diseño supervisado por el bajista Javier “El Cha!” Ramírez.

Sirva este breve repaso de la igualmente breve discografía de Fobia como guía del universo musical del combo capitalino que celebra 30 años con una gira que huele a despedida.

Fobia producido por Marteen.

Fobia (BMG Ariola, 1990)

Fobia fue de los primeros grupos -si no es que el primero- que pasó de las fiestas de terreno y los bares semi-clandestinos a las pantallas de televisión en un periodo relativamente corto de tiempo. Cercanos a Caifanes, estos los recomiendan con Óscar López quien los firma con su disquera de toda la vida (BMG) para sacar su primer intento.

Fobia fue producido por Marteen, músico argentino que fue vital para el desarrollo del particular sonido de la banda. Si bien estos se escuchaban como muchos otros grupos latinoamericanos del momento, siguiendo las huellas de the Cure y the Smiths, lo que hizo distintivo a Fobia de esa generación emergente fue su alejamiento de sonidos tropicales o por lo menos como los entendían hasta ese momento los propios Caifanes, Ritmo peligroso o Botellita de Jerez. En una generación de virtuosos de la guitarra -de la cual el propio Paco Huidobro es parte sin duda alguna- en Fobia, Marteen optó por darle igual protagonismo al trabajo de atmósferas de sintetizadores que dotaron de la personalidad única que la banda ostentó desde el principio, al grado de alienarla de sus colegas al ser considerada demasiado distinta.

Un ánimo sombrío pos-adolescente recorre las canciones de Fobia, el retrato de distintos bichos sirven de pretexto para relatar cuentos de desamor y extrañeza, pero que de vez en vez dejan ver un bien engrasado sentido del humor con momentos de auténtico brío juvenil. Es por eso que la selección de “El microbito” como sencillo incomoda, habiendo canciones que reflejan el verdadero carácter del disco como “Pudriendo”, “El crucifijo” o “Dios bendiga a los gusanos”.

Mundo feliz producido por Marteen.

Mundo feliz (BMG Ariola, 1991)

En dirección contraria al drástico cambio anímico en el rock de principios de los noventa, para su segundo disco Fobia mostraría una cara más lúdica, cargada de humor sardónico con momentos musicales esquizofrénicos en Mundo Feliz, segundo disco de la banda producido por Marteen.

La abridora “Brincas” mostraba este nuevo carácter de una Fobia dispuesta a expandir sus paleta musical con un rockabilly exagerado que cantaba “¿No sé que estabas esperando? Este mundo se está terminado… Y tú solo brincas” como declaración de principios artísticos (y políticos). El abierto cinismo de nadar a contracorriente permitió a la banda despojarse de cualquier prejuicio musical para darle cabida a toda posibilidad sónica. Así la melancolía adolescente cedió terreno a la trivialidad llevada al límite del absurdo. El zoológico de anécdotas de Huidobro se nutrió de las metáforas más ramplonas, cuya sutileza radicaba curiosamente en dejar muy poco a la imaginación. Para ello los exuberantes ambientes logrados en Fobia extendían su campo de acción, liberados de cualquier pesadumbre previa, permitiendo a Iñaki Vázquez una total libertad a la hora de proponer sonidos.

Es en este festín de exageración barroca que la voz de Leonardo De Lozanne comienza a destacarse por mérito propio. Sus interpretaciones histriónicas fueron capaces de dar vida lo mismo a anodinas canciones de ánimo vacilador -de las que Mundo feliz está repleto- que a las obscuras baladas cuya lectura entre líneas expone la perversidad de la mente de Huidobro -”La fecha especial” parece una canción de pérdida amorosa, pero trata en realidad acerca del ardiente deseo de ver morir a alguien a quien se ha envenenado durante la cena-.

Mundo feliz es quizá el disco que perfiló la personalidad de Fobia como agrupación, esa combinación de elementos juguetones y nostálgicos aparentemente apolíticos, cuya naturaleza cambiante siempre sembró duda en el imaginario popular mexicano.

Leche producido por Marteen, la 1ª obra maestra de Fobia.

Leche (BMG Ariola, 1993)

Leche fue el tercer trabajo desarrollado entre Marteen y Fobia. Su relación creativa encontraría su punto álgido culminante en un disco cargado de rampante sexualidad masculina. La psicodelia intuida en las anteriores entregas de la banda se desplegaría en su versión más sofisticada en un híbrido que abrevaba lo mismo del hard-rock que del bossa o el calypso .

La sobrada confianza de los integrantes propia de la juventud -23 años en promedio al grabar el disco- y su virtuosismo, quedó impresa en mezclas musicales tan aventuradas, que se permitían pasar del speed metal al bobalicón jugueteo pop sin romper el equilibrio de las canciones en ningún momento (“ _ _ _ _ _ “). La banda sabía mantener la coherencia de un producto tan ecléctico en sonidos que paseaba sus composiciones entre ritmos primigenios con guitarras distorsionadas (“Plástico”, “Fiebre”), sampleos (“Maten al DJ”) y sofisticados arreglos de acompañamiento (“Miel del escorpión”, “Regrésame a Júpiter”, “Tú me asustas”) sin perder el hilo conductor de las mismas; anunciando así su precoz madurez musical.

Quizá por eso no sorprende el poco entendimiento hacía la banda, tanto en la naciente escena alternativa como en la recepción del público y la crítica. Al escuchar Leche 25 años después, aún con su compromiso con la distorsión y la psicodelia (con el rock en su acepción más pesada), es extraño pensar que una banda a la que se le reclamaba credibilidad tuviera un sonido menos meloso que varios actos contemporáneos indicados como deidades roqueras. Los primeros discos de Café Tacvba o Santa Sabina sonaban decididamente más sensibles frente al Leche de Fobia, por nombrar solo un par de ejemplos.

La falta de conciencia política de Fobia (declarada abiertamente en “No me amenaces” como un reto deliberado hacía sus colegas más reaccionarios y comprometidos con causas sociales) tampoco contribuyó a cimentar sus credenciales roqueras, alienándolos aún más de la escena alternativa. Ese escarnio es explorado por Huidobro profundamente en los surcos de Leche, con abiertas burlas a todo tipo de actitudes solemnes de roqueros y poperos por igual.

Leche sellaría el destino de Fobia con el decrecimiento de su popularidad ante la incomprensión de su propósito. Es su tercer disco por el que se les describe ahora como visionarios adelantados a su tiempo, capaces de plantar cara a sus detractores mas feroces, aquellos incapaces de comprender la sofisticación de una banda que se negó a ser etiquetada más que por su propia voluntad. El principal componente de Leche es eso que llaman el bravado.

Amor chiquito producido por Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel.

Amor chiquito (BMG Ariola, 1995)

Si bien en Amor chiquito se encuentran los éxitos más memorables de la carrera de Fobia, es sin duda un episodio incómodo para su hasta entonces inmaculado input creativo. La salida del baterista original Gabriel Kuri afectaría seriamente las capacidades artísticas de la misma. Asimismo la imposición de Gustavo Santaolalla como productor del disco, quebró la confianza de la banda en ellos mismos. Las heridas de guerra se profundizaron cuando la disquera presionó a Leonardo De Lozanne para tener una carrera solista, pensando ilusamente que el magnetismo del cantante explicaba el éxito de la banda. “Descontrol” retrata perfectamente las condiciones bajo las que el disco fue grabado, siendo sin duda su obra más recordada por el gran público, pero también el más alejado de la idea que Fobia tenía de sí mismos.

El cálido estilo de producción de Gustavo Santaolalla, de mano de la preciosista mezcla de Aníbal Kerpel sepultaron la esencia Fobia. Basta escuchar “Ai Kan Bugui” para percatarse fácilmente que la dupla en la consola no estaba pensando en los primordiales aspectos eléctricos del sonido del grupo, dejando de lado el complejo trabajo de sintetizadores, los pesados solos de guitarra o una muchas veces inapreciada sesión rítmica, en pos de un mezcla que calza mejor en agrupaciones de sonido más orgánico como a las que habían ayudado a catapultar al éxito (como Café Tacvba o Maldita Vecindad y los hijos del 5º patio).

Santaolalla y Kerpel sepultaron las credenciales roqueras de la agrupación, condenándolos a la exacerbación del descreimiento artístico que algunos medios especializados y colegas endilgaban a Fobia. La habilidad de Paco Huidobro para componer canciones profundamente entrañables, capaces de conectar con el público masivo fueron el principio del fin. El repentino éxito de canciones como “Revolución sin manos” o “Hipnotízame” poco ayudaron a mitigar dicha consideración .

Amor chiquito mostró una versión diluida de Fobia que los acercó a un pop ideal para que sus detractores se dieran vuelo cuestionando su artisticidad. Un disco amable que se disfruta sin problema, pues muestra los aspectos más digeribles de una agrupación acostumbrada a generar controversia, marcando el principio del fin de la primera era de la banda.

Rosa Venus producido por Gordon Raphael, Paco Huidobro y Jay De La Cueva.

Rosa Venus (Sony, 2005)

Mucho cambió en el paradigma roquero en México durante los 7 años de ausencia de Fobia. Nuevas generaciones de músicos que comulgaban con el evangelio apolítico de Fobia liberaron finalmente al rock en México tanto de su supuestamente obligado compromiso social, como de una sonoridad específica. Los medios de comunicación de la escena alternativa también cambiaron. Los todopoderosos programadores de la radio privada de antaño, se vieron forzados por estatuto a transmitir talento nacional en las paredes de la radio pública, dando tiempo aire a quienes antes negaron espacio. El gusto del público cambió y su manera de consumir rock de factura nacional también. Ese nuevo público estaba listo para la nueva Fobia.

La incorporación de Jay De La Cueva en el banquillo de la batería fue uno de los tantos hechos afortunados en la grabación de Rosa Venus. Sus valiosas contribuciones rítmicas expandieron los derroteros sonoros de Fobia, dotándola de una nueva fuerza que recordó el armonioso bravado formulado en Leche doce años atrás. Los ritmos marciales importados de Titán hacía Fobia por De La Cueva marcaron el tono de las composiciones de Huidobro (está vez vestidas de Ennio Morricone) obligando a la agrupación a competir en auténticos despliegues de virtuosismo musical. Los cortes instrumentales del disco, “Rosa Venus” y “Sembrando estrellas” ejemplifican a la perfección ese nuevo sonido de Spaguetti western espacial que hacía honor a la exageración habitual de la Fobia más clásica, pero con miras al futuro.

La acertada producción de Gordon Raphael, colocó sin empacho todos los instrumentos y detalles al mismo nivel para ponerlos a competir en atención, logrando un bello efecto desquiciante, enmarcando como nunca las neuróticas canciones de Huidobro acerca de la desconfianza en las personas. En Rosa Venus parece que todos los instrumentos siguen su propia lógica deambulando sin rumbo durante las canciones, hasta que en los coros el amasijo toma forma para dar salida catártica a esos temores propios de la edad madura.

Rosa Venus presentó a Fobia vulnerable, dejando de lado su ironía a ultranza para mostrar su lado más frágil y humano. Esta repentina honestidad emocional permitió al grupo conectar finalmente tanto con sus otroras detractores como con un público antes receloso de ellos. La llave que abrió la puerta fue el sencillo previo al disco “Hoy tengo miedo”, el cual retrataba perfecto los miedos surgidos en Huidobro en el umbral del reencuentro con sus antiguos compañeros. Rosa Venus es la estampa de un momento específico en la vida de la banda, donde la fuerza vital que la animaba era el temor de volver a cometer los mismo errores. Sin duda alguna uno de los mejores momentos de Fobia.

Destruye hogares producido por Jason Carmer y Paco Huidobro.

Destruye hogares (Sony, 2012)

La ironía del título de Destruye hogares parece un mal chiste del destino. Una nueva desbandada en Fobia auguraba ríos de tinta amarga para los desertores (De La Cueva, Ramírez y Vázquez dejaban Fobia para sostener el éxito de Moderatto), sin embargo la nueva separación acaso alcanzó para reflejarla en una sola canción: “Vampiros” acerca de la libertad a la que obliga la amistad verdadera.

Huidobro elude la amargura y la rabia casi por completo en Destruye Hogares. Au contraire! Si bien aún hay esqueletos en el armario -y lo confiesa sin tapujo- sabemos que su anterior encarnación desconfiada de todo ha quedado atrás cuando “La búsqueda” nos saluda en franco tono optimista. 2 canciones después “Desierto” constata el talante compasivo del disco. Aforismos líricos sencillos surgen en cada canción reiterándonos que Huidobro esta en paz y escribe para nosotros. Inevitablemente uno sonríe con él, nos convida a hacerlo juntos. Destruye Hogares es un canto de esperanza, conformidad y satisfacción por el camino andado. ¿Será que el hogar destruido sea el habitáculo de las frustraciones?

Profusamente desarrollado, Huidobro toca todos los instrumentos -salvo batería y saxofón-. También compone todas las canciones sin falta. Leonardo le acompaña como alfil, algo en ese disco les dice que el corazón de Fobia radica en ellos. Uno puede tratar de encontrar a los ausentes en los arreglos, pero queda claro que eso no es de su interés. Fobia es el vehículo mediante el cual manifiestan su creatividad, encontrando en Destruye Hogares un refinamiento pop lleno de nostalgia por las primeras épocas de la banda. De sus méritos y de aquello que los inspiró. Situando su sonido en alguna zona melancólica entre Mundo Feliz y Leche, mucho mas melódico que Rosa Venus, pero ambiciosamente producido como aquel. “Pesadilla”, “Vampiros”, “Fantasma”, “Feo” constatan cuan cuidado esta ese departamento.

Destruye hogares se antoja asimismo como la placa final de la agrupación según lo que las declaraciones de sus integrantes dejan ver. Si así fuera sería un bello testamento de sus más férreas convicciones y sus más recurrentes vicios.

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Carlos De La O
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Written by Carlos De La O

Parrafos sobre Arte y Música Pop.

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